Así como el término “chilanga/o” se refiere únicamente a las y los habitantes oriundos de la CDMX, el axolote mexicano es también un elemento que define la cultura y la identidad de la Capital, además de ser un símbolo de la biodiversidad única de la región y el motivo para muchas investigaciones científicas.
El axolote (Ambystoma mexicanum) es una especie de salamandra endémica de México, y es un símbolo icónico de la biodiversidad de la región.
En la cultura mexicana, el axolote ha sido considerado una especie sagrada y mítica en la mitología azteca. Su nombre proviene del náhuatl “atl ” (agua) y “xolotl ” (monstruo), lo que significa “monstruo del agua”.
El axolote es único debido a su capacidad de regeneración. Puede regenerar extremidades, corazón, médula espinal y otros órganos, lo que lo hace objeto de estudio en la investigación científica y biomédica.
A pesar de su importancia, el axolote mexicano enfrenta amenazas significativas, incluyendo la degradación de su hábitat natural y la contaminación del agua en los canales y lagos de la Ciudad de México.
También es objeto de tráfico ilegal debido a su demanda como mascota exótica y su uso en la investigación científica.
Organizaciones y activistas trabajan para proteger al axolote y su hábitat, incluyendo la promoción de la cría en cautiverio y la restauración de cuerpos de agua como parte de los esfuerzos de conservación.